Jueces 8 - La ingratitud de Israel

Primero Dios, con Gerardo Farías

Jun 4 2024 • 6 mins

Con tan solo 300 hombres, Dios dio una gran victoria al pueblo de Israel por medio de Gedeón. Y aquí podemos ver que Gedeón no se detuvo hasta alcanzar y dar muerte a los dos reyes de Madián. Pero en el camino, mientras Gedeón perseguía sus enemigos, vemos que Gedeón pidió alimentos para su pequeño ejército; claro, habían luchado todo el día, y la persecución no fue corta. Pero tanto Sucot como Peniel le negaron su ayuda a Gedeón. Negar ayuda a tus hermanos, en tiempos de guerra, es un gran crimen. Gedeón prometió castigarlos una vez que alcanzara sus objetivos militares. Y Gedeón lo logró. Su pequeño ejercito logró la victoria contra los 15.000 hombres que aún le quedaban a los madianitas. Así fue como Gedeón volvió y castigó duramente a las dos ciudades que le negaron los alimentos. El pueblo de Israel le ofreció el trono. Querían hacerlo rey a él, y a todos sus descendientes. Pero Gedeón se negó. Su respuesta fue: El Señor es nuestro rey. Gedeón tenía muy claro que la victoria le pertenecía al Señor. Y le dio la gloria a Él. Gedeón demostró ser sabio y prudente; pero cometió dos grandes errores. Pidió oro, con el cual hizo un efod, lo cual llevó a Israel a la idolatría; y tuvo muchas mujeres. No aceptó ser rey, pero se enriqueció como un rey y tuvo muchas mujeres, como lo haría un rey. Después de su muerte, Israel se olvidó de Dios, y volvió a su idolatría, y además no fueron leales con la descendencia de este gran libertador. El ser humano se caracteriza por la ingratitud. Muy pronto olvidamos lo que otros han hecho en nuestro favor. No debemos ser así. Seamos leales y agradecidos con Dios, y con los instrumentos humanos de salvación que Él ponga en nuestro camino. Que el Señor te bendiga.