Jueces 11 - Una promesa desafortunada

Primero Dios, con Gerardo Farías

Jun 7 2024 • 7 mins

Jefté es otro libertador inesperado. Hijo de una prostituta, fue echado de su tierra por sus hermanos, quienes le dijeron que no él no heredaría junto con ellos, por ser un hijo ilegítimo. Vivió como un guerrero, y se juntaron con él otros hombres miserables. Y al parecer se hizo famoso en sus batallas, tanto así que su pueblo lo eligió como su comandante en jefe. Vemos en Jefté 3 cualidades muy importantes en un líder espiritual:
1. Conocía muy bien la Palabra de Dios. Pudo relatar la historia del pueblo de Israel tal como Moisés la escribió en el libro de Deuteronomio.
2. Intentó buscar la paz mediante la vía diplomática. A través de mensajes, habló con el rey de Amón buscando solucionar el conflicto sin tener que ir a la guerra. Eso habla muy bien de él.
3. Prometió sacrificar al Señor al primero que saliera a recibirlo de su casa cuando volviese de la batalla, si Dios le concedía la victoria. Ciertamente Dios estaba con Jefté, y le dio una gran victoria sobre los amonitas. Pero el primero en salir a recibirlo fue su única hija. Muchos creen que Jefté sacrificó a su hija, pero es muy improbable, que un hombre de fe, que conocía la Ley de su Dios, haya hecho un sacrificio humano, algo totalmente abominable al Señor. Más bien el texto señala que ella fue dedicada al Señor, y permaneció virgen el resto de su vida.
Debemos ser muy cuidadosos con las promesas que le hacemos al Señor. En Israel, se entiende que toda promesa hecha al Señor, debía cumplirse. Faltar a una promesa hecha al Señor, es un pecado muy grande. Mejor es no prometer, que prometer y no cumplir. Que el Señor te bendiga.