En una famosa canción, decía el poeta y músico Gil Scott-Heron que la próxima revolución no será televisada.
Y realmente no será televisada porque esa revolución, que es la revolución del espíritu, la revolución de la conciencia, solamente puede crecer a espaldas de la televisión. A espaldas de los medios convencionales.
Apagar las noticias es una necesidad en estos tiempos.