La apuesta principal de la política de paz total del gobierno Petro pasa por un momento difícil: ya no tiene los ceses al fuego con las organizaciones ilegales más grandes del país —ELN y Clan del Golfo—; aumentan las críticas desde diferentes sectores políticos para que haya más mano dura y de apoyo a la Fuerza Pública; y la política de Seguridad Humana sigue en borrador. A lo que se suma que un combustible clave para el conflicto, la coca, se está quedando en el país, lo que es leído como una oportunidad para acelerar los planes de sustitución.
Hoy analizamos todas las variables para entender la primera crisis de la principal bandera estratégica del gobierno.