Los capítulos 3 y 4 nos han mostrado a un Jesús glorioso. Él es el Rey de consolación, el Siervo prometido de Dios que viene a traer justicia a las naciones, Él es luz en medio de oscuridad al vencer el pecado, Él viene a hacer bien al pueblo de Dios sanándolos de sus enfermedades. De manera que como es de esperar, muchos comienzan a seguir a Jesús.
El capítulo 4 termina mostrándonos que ahora Jesús tiene discípulos, seguidores, algunos con nombre propio, pero en realidad multitudes lo seguían. Entonces comienza a gestarse una pregunta común en todos los evangelios: ¿Quién es un verdadero seguidor de Jesús? ¿Cualquiera que lo siga es un verdadero discípulo? ¿Cualquiera que desee que Jesús lo sane, es un verdadero discípulo? El Sermón del Monte va a comenzar a responder esa pregunta. Sin embargo hay varios pasajes en Mateo que hablan de quién es un verdadero discípulo, pero el Sermón del Monte es especial.
Es un discurso muy especial en el ministerio de Jesús, y es un discurso que realmente solo Mateo presenta en su totalidad. ¿Qué lugar tiene este sermón en lo que Mateo ha venido presentando acerca de Jesús? Bueno, no podemos olvidar algo que hemos notado en los sermones anteriores: Mateo está recreando el Éxodo de Israel con la vida de Jesús. Israel salió de Egipto, pasó por el mar, fue al desierto para ser probado, fracasó, llegó al monte para recibir la ley, y entonces fue constituido como nación, como el reino de Dios. La vida de Jesús, como la presenta Mateo, es una recreación de ese Éxodo, pero victorioso. Jesús salió de Egipto, pasó por el agua, fue al desierto para ser probado, venció el pecado y a Satanás, y entonces subió al monte a dar Su ley para restablecer Su reino.
De manera que Jesús es el verdadero Israel, y lo que vemos en el Sermón del Monte es el comienzo del restablecimiento del reino de Dios. Debemos recordar que el mensaje de Jesús es que el reino de los cielos se ha acercado, así que lo que estamos viendo es la primera presentación de la campaña política de Jesús, para restablecer Su reino. Jesús vino como el Rey a retomar Su autoridad, recuperar la autoridad sobre Su reino, y a restablecerlo. De manera que lo que vemos en el Sermón del Monte es como el manifiesto oficial del Rey explicando cómo es esa reestructuración del reino de los cielos.